Hoy en día es vital disponer de herramientas avanzadas que garanticen un diagnóstico clínico correcto de cada paciente. Entre las técnicas más comúnmente empleadas en clínica destacan la imagen por resonancia magnética y la tomografía computarizada de rayos X (TAC). Una nueva técnica complementaria para el diagnóstico denominada imagen luminiscente, basada en el fenómeno de la luminiscencia, proporciona información adicional y favorece un diagnóstico más fiable. No obstante, para la obtención de bioimagenes luminiscentes de células, tejidos y órganos es necesario el uso de sondas luminiscentes, justamente la investigación doctoral que realiza Encarnación Arroyo Porriño en el Grupo de Materiales Coloidales, liderado por el científico Manuel Ocaña, del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla.

¿Cuéntame en qué consiste tu investigación doctoral?:

Mi investigación doctoral se centra precisamente en el desarrollo de sondas luminiscentes para el diagnóstico clínico. En concreto, desarrollamos nanopartículas basadas en el fenómeno de la luminiscencia persistente, es decir, que continúan emitiendo luz durante un tiempo prolongado después de haber sido excitadas. Esto tiene una gran ventaja al poder excitarse las sondas antes de ser inyectadas en el organismo, evitando así el efecto nocivo de la radiación de excitación (generalmente UV) sobre el ADN.

¿Cuáles son los principales resultados obtenidos hasta ahora?

Hasta el momento hemos logrado sintetizar nanopartículas con luminiscencia persistente, basadas en diversos óxidos dobles y triples de galio, que cumplen los requisitos para su implementación como sondas luminiscentes. Se trata de partículas de tamaño nanométrico, forma homogénea y que presentan una elevada estabilidad coloidal, es decir, no se agregan en medios acuosos que simulan el medio fisiológico. Además, estas nanopartículas no muestran signos de citotoxicidad, (si bien aún es necesario continuar investigando en esta línea) y, por último, son capaces de emitir luz infrarroja dentro de las conocidas como ventanas biológicas, que son las regiones del espectro electromagnético donde la luz atraviesa fácilmente los tejidos biológicos, facilitando así su detección.

¿Cuál es el impacto social de tu investigación?

La combinación de diversas técnicas de imagen es útil porque proporciona información complementaria y de valor a nivel biomédico. Por otro lado, las nanopartículas con luminiscencia persistente que estamos desarrollando pueden emplearse en otras aplicaciones distintas a la biomedicina, como puede ser para aplicaciones optoelectrónicas. Destaco por su transcendencia social, la necesidad de fabricar capas delgadas transparentes basadas en estas nanopartículas con luminiscencia persistente para su uso en señales de seguridad que emitan luz en la oscuridad, o para la lucha antifraude, para evitar la falsificación de billetes, documentos, por ejemplo.

¿Has realizado alguna estancia doctoral? ¿Cómo ha sido tu experiencia?

He podido realizar hasta la fecha, dos estancias breves, una internacional y otra nacional. La primera en Illinois, en la Universidad de Urbana-Champaign bajo la dirección del Dr. Enrique Valera; y la segunda en el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón bajo la dirección del Dr. Jesús Martínez de la Fuente. Estas estancias han sido una experiencia personal muy gratificante, y a nivel profesional han sido muy productivas. He podido evaluar la toxicidad de las nanopartículas desarrolladas en dos líneas celulares y obtener imágenes luminiscentes en ratones cadáver.

¿Qué te motivó a realizar un doctorado?

En primera instancia, fue mi aspiración por ser profesora de Universidad lo que me instó a comenzar mi doctorado. Sin embargo, he de confesar que el mundo de la investigación me comenzó a fascinar cuando inicié unas Prácticas de Iniciación a la Investigación en el grupo actual, gracias a la Beca JAE Intro del CSIC. Y esto me condujo a querer comenzar el doctorado con otros objetivos más ambiciosos relacionados con la investigación.

¿Cuál es el libro de divulgación que más te gusta y por qué?

Electric Universe, de David Bodanis. Este libro tiene un valor sentimental para porque me lo regaló una científica a la que admiro y en un momento clave profesionalmente. Soy física, y aprendí mucho de electromagnetismo con él, sobre todo, de aplicaciones de la electricidad en nuestra vida cotidiana. Por lo que me enseñó la manera para divulgar ciencia, y no lo niego, me quitó el miedo que tenía a hablar o leer en inglés.

 ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Principalmente, estar con la familia y los amigos, la vida social es fundamental para mí, más allá de la vida laboral. Además, me encanta el entrenamiento de fuerza y, sobre todo, montar a caballo.

 ¿Qué rasgo de tu personalidad resaltarías?

Para bien o para mal, soy muy sensible emocionalmente, es lo que me caracteriza, así que soy una persona empática. Por otro lado, soy constante y lucho por conseguir mis objetivos.